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Al Pico Jario desde el puerto de Panderruedas

Sábado, 11 de Junio de 2016
Hoy salimos al monte a disfrutar de la primavera, para lo cual hemos decidido acercamos al puerto de Panderruedas y acometer desde él, la ascensión al pico Jario.
'Ojolince y Sra.' en pico Jario respaldados por la estampa de Peña Santa de Castilla
      Ranunculus amplexicaulis - Ranúnculo de hoja abrazadora

Hace unos años, en otoño, habíamos llegado a él por su vertiente norte desde el pueblo de Soto de Sajambre PICO JARIO DESDE SOTO, y aún recordamos el asombro que nos supuso la contemplación de los Picos de Europa desde esa magnífica atalaya.

De Panderruedas sale una pista que enseguida se bifurca.
Tomamos el ramal derecho, hacia el mirador de Piedrashitas

En esta ocasión, al tratarse de una ruta poco exigente, no nos hemos dado el madrugón y, son las diez de la mañana cuando llegamos a Panderruedas junto a un autobús cargado de montañeros que, al parecer, llevan el mismo destino que 'Ojolince y Sra.'

Buenos y nobles, algunos ejemplares de Roble albar que nos encontramos de camino al mirador
      Podarcis muralis - Lagartija roquera, entre la hojarasca

La mañana está fresca y soleada, buena para caminar.
Después de contemplar desde el puerto cómo algunas de las cumbres de 'Picos' sobresalen de entre las nieblas mañaneras, 'Ojolince y Sra.' nos ponemos en marcha tomando el evidente sendero que parte en dirección norte.

Ematurga atomaria
Polilla de actividad diurna
Nos introducimos al hayedo y, a pocos metros, el sendero se bifurca.

Hemos de tomar el ramal de la derecha que, a escaso medio kilómetro, nos va a situar en el mirador de Piedrashitas.

Panorámica desde el Mirador de Piedrashitas a 1.505 mts.
A la izda., Moledizos y Torre Bermeja.
Al fondo, principales cumbres del macizo central
      Geranium sylvaticum
Cardamine raphanifolia      











Retomamos el sendero que nos ha llevado al mirador, para ir avanzando por la falda oriental del pico Camborisco (también conocido como pico de la Rocha), al amparo del tupido hayedo salpicado de gamones.
Scilla verna - Escila de primavera    


La primavera está en marcha en la montaña y la senda está flanqueada de vivos colores.

Hierba de las siete sangrías Lithodora diffusa, Estrellada Stellaria holostea, Ranúnuculo de hoja abrazadora Ranunculus amplexicaulis, Anémona de bosque Anemone nemorosa, Aleluya Oxalis acetosella, Escila de primavera Scilla verna, Polígala azul Polygalla serpyllifolia.

La vida se abre paso junto al curso del arroyo que desciende de la riega Guayes.

Lysimachia nemorum - Murages amarillos

Gallaritos Pedicularis sylvatica, Cardamine raphanifolia, Pinguicula grandiflora, Geranium sylvaticum y bonitos Murages amarillos Lysimachia nemorum, le circundan.

Siguiéndole, alcanzamos la majada de la riega Guayes, también llamada majada de Piedrashitas.

'Ojolince' en la riega Guayes (majada de Piedrashitas) con cerra Centenal al fondo
Celastrina argiolus - Náyade      
En el hayedo son protagonistas Gamones, Violetas, Arándanos, Lechetreznas, Búgulas y Genciana amarilla de incipiente crecimiento.

Va subiendo la temperatura y no faltan a la cita Cejialbas Callophrys rubi y bonitas Náyade Celastrina argiolus, en plena actividad.

Un indicado y clareado sendero nos abre paso en el hayedo

Cruzamos el arroyo junto a los postes de señalización que indican el camino a Vegabaño.

Un kilómetro después, la senda nos eleva al collado Viejo de donde provienen las voces de los montañeros del autobús, a quienes perdimos de vista en el mirador.

Cerra Centenal se yergue al norte del collado Viejo
En el collado Viejo hemos alcanzado los 1.632 mts. y ya podemos contemplar el cordal que vamos a recorrer para llegar al pico Jario.
'eSrá' enfila la ascensión a la cerra Centenal      
La senda toma dirección norte y nos lleva hasta unos resaltes rocosos de la 'Centenal' donde faldea su ladera sur, sin ascender.

Pensamos que es buena idea completar la subida y abandonamos la senda.

En pocos minutos hacemos cumbre.
'Ojolince y Sra.' en cerra Centenal 1.768 mts. tomamos un refrigerio, con esta vista de 'Picos' y sus pueblos
Tras esta breve pero agradable parada, descendemos de la 'Centenal' buscando la trocha que llevábamos.
'Ojolince' desciende de cerra Centenal, con vista en el cordal que nos llevará al pico Jario 
Sphaerophoria cf. scripta alimentándose en Stellaria holostea
Sírfido o mosca cernidora que imita el aspecto de una avispa      

Por terreno cómodo, aunque en constante subi-baja, avanzamos por el cordal de la cerra de Dobres.

La exhuberancia de estos bosques en primavera bien merece este paseo.

A nuestra izquierda, el valle sobre el que se desploman las paredes del murallón rocoso del Jario

'Ojolince' se aproxima a la collada de Dobres, presidida por peña Blanca

Machas boscosas de hayedo y robledal se combinan en ambos valles, a uno y otro lados.

A nuestra altura llegan abedules, serbales de los cazadores, mostajos, acebos, hayas..., amén de las escobas, retamas y brezos blancos que lo tapizan todo.

Grupo familiar de hembras y crías de Rebeco cantábrico

Allá abajo, en el hondo del valle surcado por el río de los Pontigos que le da vida, vemos moverse unos bultos.

Se trata de una familia de hembras de rebeco, cada una con su retoño que, al parecer, han bajado a beber.

      Primula elatior - Primavera, Manguitos
Por los altos recibimos otras visitas.
El poderoso Buitre leonado que atraviesa el collado con un planeo tranquilo, de recreo... y una pareja de Chova piquigualda que nos saluda con su sonoro tañido.

Nuestra senda, siempre en dirección norte, busca el paso evidente de la collada de Dobres, a los pies de peña Blanca.

Inmenso el valle surcado por el río de los Pontigos, visto desde collada de Dobres a 1.756 mts.
'Ojolince' junto a la ladera meridional de la pica Samaya
en dirección a los picos de Valdelafuente

Rodeamos el promontorio calizo de peña Blanca por su cara norte, con excelentes vistas al Cornión, y remontamos una verde y fresca vaguada salpicada de lecherinas, primaveras, escilas, chirivitas y barbareas,  hasta alcanzar la colladina Blanca, al otro lado de la peña.

'Ojolince' por la cara norte de los picos de Valdelafuente      
Desde aquí, progresamos por la senda abierta entre escobas en ladera meridional de la pica Samaya, en dirección a las colladinas de Samaya.

Salimos a un terreno rocoso y más abrupto, rodeando los dos primeros picos de Valdelafuente por el norte.

'Ojolince y Sra.' posando con el Cornión
Peña Beza desde los picos de Valdelafuente, donde aún se preserva un nevero
'Ojolince' culmina el repecho de este herbazal de altura en que se ha convertido el tercero de los picos de Valdelafuente
Acometemos la travesía por el noreste del tercero de los picos de Valdelafuente.

Se trata de una empinada pala de la que, no hace mucho, se ha retirado la nieve convirtiéndose en una verdadera pradera encharcada.

Gentiana occidentalis, endemismo Cántabro-pirenaico
Admirando las tonalidades de Nomeolvides Myosotis alpestris, Pastorcillas Gentiana verna y Gageas que salpican la pradería, en un momento nos ponemos en el collado de los Anoyos.

Una marcada senda serpentea por la ladera este del Jario y nos permite alcanzar su cumbre, donde se encuentra terminando su almuerzo el grupo de montañeros del autobús que nos precedía.

'Ojolince y Sra.' en el pico Jario a 1.914 mts. con vista a peña Beza y la sierra del Cerezaledo
El macizo occidental de Picos y el central, hasta donde alcanza la vista...
Panorámica de los picos Niajo y Pozalón (izda.) y la sierra del Cerezaledo (dcha.)
Erodium glandulosum      
Recorremos las cimas principal y secundaria del Jario donde encontramos en floración el Geranio de las cordilleras del norte de la península.

Debemos cuidar este endemismo ibérico, propio de las cumbres pedregosas catalogado como especie 'vulnerable', para seguir disfrutando de su espectacular floración en los meses de verano.

Desde la cumbre secundaria, como ya lo hiciera en la primera ocasión que ascendimos el Jario, 'Ojolince' retrata a 'eSrá' en la cumbre principal.
A eso de las tres, comidos y descansados, descendemos del Jario por donde hemos subido, empleando nuestro tiempo en el reconocimiento de todo lo que aflora entre las rocas de este promontorio.
      Pulsatilla alpina - Flor del viento
Cardamine alpina y Draba dedeana son crucíferas bien representadas.

La Siemprejunta Globularia repens, y el Alhelí triste Matthiola fruticulosa, además de la Vulneraria Anthyllis vulneraria y las inquietas Flor de viento Pulsatilla alpina, también hacen su aparición.

'Ojolince' a la búsqueda de flora, durante la bajada del promontorio rocoso del Jario      
El regreso le realizamos por el mismo itinerario dedicándole tiempo a la observación.
    Iberodorcadion sp. - Insecto 'pipa'

A unos 1.800 mts., aparace un cerambícido desprovisto de alas. Se trata del llamado Insecto 'pipa' por su curioso diseño de coraza que nos recuerda a éstas.

Vive en entornos donde crecen las gramíneas, ya sea valle o montaña y sus poblaciones son muy polimórficas lo que ha dado lugar a numerosos endemismos en la península ibérica, resultando muy compleja su determinación.

También vemos Aceiteras de la especie Meloe proscarabeus, Mariquitas Onatis ocellata, cincindélidos, sírfidos, continuando constante la presencia de la Cejialba.

La fotografía de paisaje es otro de los grandes atractivos de esta ruta    
Un Haya y un Serbal de los Cazadores, hermanados...
Casi sin darnos cuenta estamos de regreso en la majada de Piedrashitas.
PLANO Y PERFIL DEL RECORRIDO
El recorrido seguido está dibujado en linea verde    
DISTANCIA TOTAL -> 11 Kms.      TIPO DE TRAZADO -> Lineal (ida y vuelta)
ASCENSIÓN ACUMULADA -> 732 mts.      TIEMPO TOTAL -> 8 h. 30'
DIFICULTAD -> Fácil      DESCARGA DEL TRACK
GRÁFICA DEL RECORRIDO
En resumen, la ascensión al pico Jario desde el puerto de Panderruedas nos ha resultado una ruta asequible y de gran atractivo en la estación primaveral, que se puede realizar en bastante menos tiempo del que 'Ojolince y Sra.' hemos empleado y que recomendamos a todo buen amigo de la naturaleza.
'Ojolince' llegando al puerto de Panderruedas      
**SED CONSCIENTES DE VUESTRAS LIMITACIONES PORQUE LA MONTAÑA PONE A CADA UNO EN SU SITIO**