Domingo, 8 de Mayo de 2011
Este domingo nos dirigimos al pintoresco pueblo de Sepúlveda.
Desde casa, a medida que avanzamos en este trayecto, el paisaje va variando... de nuestra tierra de pinares de Pino piñonero vamos entrando en la dominada por el resinero y, de ahí, una vez rebasado el pueblo de Cantalejo, nos vamos aproximando al Parque Natural de las hoces del río Duratón.
Próximos a Sepúlveda, pero todavía en tierras altas, avanzamos por una paramera, con suelos secos y pedregosos cuya vegetación árborea está constituída principalmente por Enebros y Sabinas, además de una combinación de aromáticas: tomillos, lavandas y salvias..
Durante este recorrido hemos buscado sin éxito la huidiza Alondra de Ricotí; en su defecto, disfrutamos de bonitos ejemplares de Collalba gris y rubia, además del voluntarioso Alcaudón común que frecuenta la zona.
Se conoce como Senda Larga al sendero que avanza siguiendo el curso del río Duratón en su encañonado camino desde el pueblo de Sepúlveda hasta el puente de Villaseca.
PLANO EL RECORRIDO
Para realizar este paseo, de unos 12 kilómetros de longitud, se tienen dos opciones; la primera más cómoda, es dejar un vehículo en el aparcamiento del puente de Talcano y otro en el puente de Villaseca donde existe parking y merendero, de manera que realizaríamos el recorrido una sola vez; la segunda y elegida por nosotros, es hacer ida y vuelta por el mismo camino.
Cortados de las hoces del río Duratón
Pero, en ambos casos, hay que pedir permiso en la Casa del Parque Hoces del río Duratón que se encuentra en Sepúlveda para el acceso al espacio protegido que atraviesa el cañón, al menos durante los meses de Enero a Julio.
Se trata de una zona Z.E.P.A. integrada en la Red Natura 2000 y declarada como L.I.C., en la que se llevan a cabo diferentes actuaciones de proyectos LIFE.
Comenzamos a caminar con la fresca, sobre las nueve y media, entre el murmullo del alborotado río y los alegres cantos de los siempre protagonistas de nuestra crónica. En el mismo puente de Talcano se podían ver pinzones, verdecillos, garrapinos, verderones, mitos y algún otro pajarillo que me dejo en el olvido, todos ellos muy afanados en sus tareas de nidificación.
Turdus philomelos, pollo de Zorzal común
La senda se dibuja entre un sinfin de arbolado de ribera: Alisos Alnus glutinosa, Fresnos Fraxinus sp, Sauces Salix sp, Álamo blanco Populus alba, Chopo lombardo Populus nigra, Avellanos Corylus avellana, olmos Ulmus sp, Arce de Montpellier Acer monspessulanum, Nogales Juglans regia, y un vergel de vegetación arbustiva y herbácea.
Escondido en la maraña vegetal descubrimos a un polluelo de Zorzal común que reclama su comida.
Al ir introduciéndonos poco a poco en la zona encañonada, los paisajes comienzan a dar muy buenos resultados fotográficos.
Farallón de los aviones roqueros Ptyonoprogne rupestris
Sarcocapnos enneaphylla, curiosa papaverácea
Nos encontrarnos los primeros farallones de paredes verticales, que descienden desde la altura de los páramos hasta el fondo del cañón alcanzando, en ocasiones, hasta los 70 metros de altura.Las especies vegetales que ocupan oquedades y grietas en estos roquedos son bastante específicas como los Sedum, el Ombligo de Venus o la vistosa papaverácea conocida como Zapatitos de la Virgen, siempre cercana a los lugares de nidificación, donde los excrementos de las aves les aportan el nitrógeno que necesitan.
Comienza el sobrevuelo del gran dominador y ave emblemática del cañón:
el Buitre leonado Gyps fulvus.
En numerosas ocasiones molestado por la escandalosas Chovas piquirrojas Pyrrhocorax pyrrhocorax, que siempre nos deleitan con sus increíbles acrobacias.
Polluelo de curruca capirotada, Sylvia atricapilla
Avanzamos por un sendero, siempre paralelo al río, entre el sotobosque propio del cañón con especies como Cornejo, Espino albar, Cornicabra, el Mostajo, Saúco, Zarzamora, Rosal silvestre.. Escuchamos el aflautado canto de la Oropéndola y el reclamo del Pito real, aunque no conseguimos ver a ninguno de los dos.
Mejor suerte tenemos con la Curruca capirotada muy ocupada alimentando a su polluelo... ¡Seguro que estaba deseando que le saliese la cola!
Otro de los habitantes de este sotobosque es el Mosquitero silbador ¡BIMBO para 'Ojolince y Sra.'!
Muy afanados en distraernos de su pequeño, mientras ambos congéneres le alimentaban.
Mosquitero silbador - Phylloscopus sibilatrixCerca del mediodía, el sol cobra fuerza, y son cada vez más numerosas las especies de insectos que pululan a nuestro alrededor.
Podemos retratar algunas de ellas como esta bonita libélula , o la abundante Musgosa y la vistosa Cejialba.
Libellula depressa Callophrys rubi (Cejialba)Anthocharis cardamines (Musgosa o Aurora ♀ izda.- ♂ dcha.)
Llegamos a una zona más abierta del cañón donde nos detenemos a contemplar un enorme farallón que tenemos enfrente y del que provienen algunas llamadas propias de los falcos.
No dudamos en montar "el teles" para observar mejor al Halcón peregrino que, desde su nido, emite su quejido característico.
Farallón del Halcón peregrino, Falco peregrinus
También podemos disfrutar de numerosos vuelos y posados del elegante roquero solitario.Monticola solitarius
La vegetación herbácea tiene algunos representantes poco frecuentes en otros espacios naturales como la crucífera Isatis platyloba, propia de roquedos y cortados con fuertes pendientes o, al menos, lugares poco accesibles a los herbívoros y humanos. Crece únicamente en el tramo protegido de este cañón.
Isatis platyloba Cueva de los Siete Altares
A la hora de comer llegamos al puente de Villaseca donde hacemos nuestro obligado descanso. El día es muy largo, asi que el retorno le realizamos sin ninguna prisa, por el mismo camino, incluso nos detenemos un rato para visitar la Cueva de los Siete Altares de época visigótica, declarada B.I.C. Bien de Interés Cultural, a la que nunca antes habíamos subido.
Los paisajes de los que se puede disfrutar en este espacio natural son muy diversos, debido a la variedad de su flora que, en esta época del año, es excepcional.
Innumerables matas de Peonías ponen la nota de color a buena parte del recorrido.
En el camino de vuelta nos visitan dos parejas de Alimoche común, y para muestra...
Neophron percnopterus
También nos sale al paso una voluntariosa Ardilla. Debe tener curiosidad por nuestra presencia...
Sciurus vulgaris
En el puente de Talcano
De regreso, ya en el puente de Talcano, hacemos esta toma para dejar constancia de nuestra visita que esperamos os haya gustado compartir con 'Ojolince y Sra.'
Gracias por vuestra lectura y un saludo desde Tierra de Pinares Vallisoletanos.
'Ojolince y Sra.'
**SEAMOS CONSCIENTES DE NUESTRAS LIMITACIONES PORQUE LA MONTAÑA PONE A CADA UNO EN SU SITIO**
Bonita historia que me trae muy buenos recuerdos ornitológicos ... y gastronómicos.
ResponderEliminarBuena zona esta para pajarear si señor. Una entrada muy completa con alguna imagen muy guapa.
ResponderEliminar¿Merece la pena para echar una sesión de fotos al roquero solitario?
Saludos
Miguel
Excelente recorrido el que nos mostráis y las fotos son magníficas, casi se puede percibir el olor de las peonías. La libélula es preciosa.
ResponderEliminarUn afectuoso saludo.
Es una de las zonas de España que me tiene más enamorado. Hace unas semanas yo también pillé al roquero solitario ahí mismo. Pero no también como vosotros a los Alimoches. Abrazos.
ResponderEliminarDani
Hola Juan Miguel
ResponderEliminarMuchas gracias por la información, esperamos algún día encontraros por la montaña. Será un placer conoceros en persona y saludaros.
un abrazo
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