Sábado, 10 de Abril de 2010
Madrugar siempre ayuda, y ante cualquier reto de montaña, más aún. Salimos de Laguna de Duero sobre las siete y una vez tomado el café matutino en el bar Stop de Velilla, y hecho el acopio de pan para el bocata, ya tiramos “to tieso” hasta lo alto del puerto de San Glorio, llegando al collado de Llesba sobre las 9:30 y emprendiendo la subida una vez bien pertrechados de mochilas, pinchos, prismáticos y cámara.
Ahí dejamos al guarda en su tt. observando la fauna y la paisajes desde el collado.
Características del itinerario:
Distancia total ->10 kms.
Tiempo total (con parada en el pico) -> 5 horas
Desnivel -> 554 mts.
Altura pico -> 2.354 mts.
Iniciamos el ascenso de las primeras rampas y ya a nuestra derecha teníamos las impresionantes vistas del macizo de Picos de Europa.
A nuestra izquierda la cara norte de la Montaña Palentina ... El paseo promete ...
Una mirada atrás desde el collado de Guarda. A lo lejos "el monumento del oso" junto al collado de Llesba, donde dimos comienzo la ruta y dejamos "el buga".
Decidimos bordear por la izquierda, la Peña Gustal y la Peña Cascajal. De este modo el recorrido nos hace atravesar algunos neveros.
Ya hemos oído varias veces a la alondra y visto algún que otro mirlo capiblanco que desaparece de nuestra vista a gran velocidad y sin emitir sonido alguno.... (no se parece a su primo el mirlo común... con lo escandaloso que es).
-Macizo Central de Picos de Europa-
"Ojo lince y sra." disfrutando de la vistas desde la cumbre del Coriscao. A nuestra espalda la Montaña Palentina nos hace de decorado.
Nunca nos habíamos visto tan rodeados de picos ...
Emprendemos el camino de vuelta y decidimos subir por las cumbres de la Peña Cascajal, para seguir disfrutando de las vistas, además de un pequeño grupo de rebecos que retaban a la gravedad en su intrépido descenso a los pastos (pena de foto,que no salió).
La línea negra en el plano indica el recorrido de ida y vuelta al Coriscao, en total habremos empleado 5 horas, con descanso de 20 minutos en la cumbre.
Y al fin, el merecido bocata del
que algún vecino supo aprovechar-se: uno de nuestros pobladores de las alturas Corvus corax.
Tuvimos la sensación de ser observados ....... Y esto es todo lo que dio de sí nuestro día por los picos .... un dos mil más a la saca.
Casi se me olvida subir una foto de la imponente culebrera que vimos al atravesar el valle del Naranco, ya de vuelta a casa. Ahí la veréis con su culebra sobresaliente, haciendo honor a su nombre...
Saludos desde Pucela.
