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Circular Peña Carazo y Horca de Lores desde la Abadía de Lebanza

Domingo, 8 de Octubre de 2.017
Partimos tempranito a tierras palentinas, que Verónica nos está esperando para desayunar en su pueblo.
Vulpes vulpes - Zorro      
      La Abadía de Lebanza luce así de bonita a primera hora

Reunidos los tres en Cervera de Pisuerga, nos dirigimos a la Abadía de Lebanza donde vamos a dar comienzo nuestra circular por la Comarca de La Pernía.

Bosques y manantiales acusan mucho la falta de precipitaciones.
¡Fuente de la Virgen de Alba con un hilo de agua!
Hemos tomado el recorrido de la guía de David y Vidal 'Ascensiones en la Montaña Palentina' y vamos a ver qué tal lo interpretamos.

Bien aparcado el vehículo frente a La Abadía, nos aproximamos al arroyo en busca del camino que, en dirección norte, nos adentra en el bosque.

      El bosque acusa la pertinaz sequía de este 'veroño'
Aún así, los tonos del otoño van cobrando vida en el bosque
Senecio jacobaea - Hierba de Santiago,
un florido Senecio de otoño     
El buen camino que llevamos vira en dirección oeste siguiendo el curso del arroyo de La Abadía, que nos va alegrando el paseo con su rumor.

Una vez rodeado el monte Pica, atravesamos el arroyo para dejarlo ahora a nuestra derecha.

Cuando llevamos poco más de un kilómetro y medio de recorrido, el bosque se abre en una enorme pradería, el prado de las Cabras, donde ya tenemos a la vista peña Carazo.

    Una primera vista de Peña Carazo desde el prado de las Cabras a 1.470 mts.
Pradera arriba, vamos buscando las zonas más despejadas de vegetación, aprovechando tramos de senda que se pierden una y otra vez.
Verónica y 'eSrá' en ascenso por el hoyo de la Varguilla
Entre escobas y brezos sube la temperatura y hacemos más de un parón para 'refrigerarnos' y disfrutar de las vistas desde este hoyo de la Varguilla.
      A 'Ojolince'  ya le falta poco para alcanzar el collado Hontanillas
El hoyo de la Varguilla salva un desnivel de más de 400 mts. para alcanzar el collado Hontanillas.

Cuando ¡por fin! alcanzamos el collado recibimos una satisfactoria recompensa...

Curavacas, Peña Prieta y Lezna, nos reciben a nuestra llegada al collado Hontanillas a 1.838 mts.
Damos comienzo la ascensión a peña Carazo junto al vallado    
Un grupo de montañeros vascos llega al collado tras bajar de 'la Carazo' ¡Bien madrugadores!

Después de intercambiar saludos y una breve conversación, toca ahora ascender peña Carazo siguiendo la valla instalada en su ladera oeste.

Impresionante vista de Lagunillas, Huelgas, Hospital y Curavacas desde la ladera oeste de peña Carazo
Verónica y 'Ojolince' ascienden a la cresta
por una de las brechas de peña Carazo
Pocos minutos nos lleva llegar junto a la los cortados de la mole caliza que miran al hoyo de la Varguilla.

Ahora debemos elegir bien la brecha que nos abra el paso más asequible a la cresta de 'la Carazo'.

Cuando nos aupamos a la cresta afloran sentimientos de satisfacción y admiración.
      ¡Mira Peña Prieta, Lezna, 'Picos', le dice Vero a eSrá!
'Ojolince' y la cima de 'la Carazo', ya a la vista      

Un terreno de roca fracturada pero de buen agarre, nos permite la progresión sobre la cresta, en dirección noreste.

El valle del arroyo de la Abadía a nuestros pies, y una bonita vista de la sierra de la Peña donde resalta peña Redonda
 Curavacas, Peña Prieta, Lezna y 'Picos' hacia el norte ¡Menudo panorama!
      'Vero' y 'eSrá' son retratadas en peña Carazo por 'Ojolince'
junto al buzón montañero

Y, sin sobresaltos, llegamos a la cima de peña Carazo, de 2.013 mts.

El recorrido de esta cresta, de envidiables vistas, nos has traído entretenidos y el tiempo se ha pasado volando.

Una foto más, que tenemos la sierra de Peña Labra y la de Cebollera hacia el este
'Ojolince' y Verónica hacia el collado de la Horcada,
al fondo Horca de Lores o Carazuelo    
Hacemos consenso y decidimos llegar a Horca de Lores para comer.

Descendemos de peña Carazo en dirección norte, al collado de la Horcada.

Es frecuente encontrar ganaderías en este collado y hoy, no iba a ser diferente. Una cabaña de 'Tudancas' está atravesando la zona.

Anthus pratensis - Bisbita pratense, bien visible

Además, un vistoso Bisbita pratense nos alerta de su presencia con el habitual reclamo... bis-bis-bit.

Pocos minutos después, nos encontramos buscando la mejor senda para salvar los 120 mts. de desnivel que nos separan de Horca de Lores.

Verónica en una pedrera del tramo final de subida a Horca de Lores
A la vista, Horca de Lores y su vértice geodésico, al fondo 'Picos'
Tres amigos bien avenidos en Horca de Lores
o Carazuelo, a 2.021 mts.
Casi sin viento, a dos mil metros y contemplando las bellas montañas que nos rodean por los cuatro costados, es para pedir que se detenga el tiempo.

Nos conformamos con tomar el merecido almuerzo desde semejante atalaya.

Bajando de Horca de Lores, tenemos de frente 'la Carazo' y al fondo la sierra de la Peña    
Dejamos atrás Horca de Lores      
Sin tratar de acertar con la senda de subida, descendemos de Horca de Lores al collado de la Horcada, para dar continuidad a nuestra bajada a través de él y en dirección este.

No son éstas las indicaciones que habíamos tomado de la guía de David y Vidal, pero Verónica recuerda haber subido por aquí, en alguna ocasión desde el pueblo de Lores.
      Saxicola rubicola - Tarabilla europea, juvenil

El comienzo del descenso desde el collado le realizamos empleando una marcada senda.

Eso sí, debe de tratarse de la que utilizan las cabañas ganaderas que trasiegan estos valles.

Durante el descenso por la vertiente este, tenemos una magnífica panorámica de la sierra de Peña Labra y de la Cebollera      
Tras los primeros metros, la senda comienza a desdibujarse y debemos pelear con algunas escobas y brezos bien crecidos.
    'eSrá' en una de las fuentes de la cuenca de bajada
Esta cuenca entre 'Carazo' y 'Carazuelo' está regada por una escorrentía de la que, aún en estas fechas, encontramos varias fuentes que mantienen la humedad y la vida en el entorno.

Pasamos por una pradería de altura, para alcanzar otra más baja y de mayores dimensiones, el Jardín sin flores.

A 1.680 mts., sobre una gran llanura amarilla que en los mapas figura como 'Jardín sin flores'
Viene ahora el tramo más complicado de toda la ruta.
Y no es por su dificultad técnica, que no la tiene, sino de orientación.
Verónica y 'Ojolince' se abren paso entre escobas y brezos    
En dirección sureste, y sin perder altura, debemos localizar una senda que, de la mejor forma posible, nos permita atravesar el brezal que tapiza la ladera que nos encontramos.

Con el track de David y Vidal nos posicionamos sobre ella, pero nos cuesta varios intentos, pues hay muchos tramos de senda perdidos.
      Progresamos, ahora en descenso, junto al cercado
Al fin parece que hemos acertado, ganado altura por la poblada ladera hasta que llegamos a un cercado.

Atravesada la cerca descendemos, en dirección este, llevándola a nuestra izquierda, y nos vemos inmersos en el robledal.

Entrando en el robledal, nos unimos al camino que desciende en dirección sur      
Al principio los robles son de pequeño porte pero, a medida que descendemos, nos vamos encontrando ejemplares de tamaño singular.

A los 1.500 mts. de altitud, enlazamos con un buen camino que viene del pueblo de Lebanza.

Poco llevamos andado cuando Verónica nos insta a conocer el chozo de las Arroyacas, localizado monte arriba a poca distancia.
Las Arroyacas, un lugar idílico en cualquier época el año que le visitemos
      En el robledal, disfrutando de roblones singulares
Echamos un rato en este encantador paraje.

No muy lejos de la cabaña, se coge un camino poco pisado que nos une al del pueblo, paseando entre magestuosos roblones.

'Vero' y 'Ojolince' en el camino al pueblo de Lebanza    
Seguimos el camino que discurre junto al arroyo de las Arroyacas, respirando profundamente el frescor de la tarde y disfrutando de los aromas y colores del monte.

Poco más tarde, tenemos a la vista el pueblo de Lebanza.

Lebanza en la confluencia de dos arroyos: las Arroyacas y la Abadía
Un tramo de carretera nos lleva de vuelta a La Abadía  
Escasos metros antes del pueblo, abandonamos el camino para atravesar una pradera y cruzar el arroyo de las Arroyacas.

Enlazamos con el tramo de carretera que nos lleva, en dirección oeste, de vuelta a La Abadía en menos de dos kilómetros.

Atardece en La Abadía de Lebanza, donde llegamos escuchando el trinar de mirlos, zorzales, escribanos, estorninos..
PLANO Y PERFIL DEL RECORRIDO
        El itinerario seguido está dibujado en linea azul
DISTANCIA TOTAL -> 18 Kms.        TIPO DE TRAZADO -> Circular
TIEMPO TOTAL -> 9 h. 22'          ASCENSIÓN ACUMULADA -> 980 mts.
DIFICULTAD -> Media (Orientación en áreas arbustivas)
SIN TRACK (No grabó la totalidad de la ruta el GPS)
Cinco años hace de nuestra primera incursión por estas tierras, MISCELANEA EN LA PERNÍA, de la que nos llevamos una grata impresión; si bien es cierto que fue en verano, el recuerdo es de un auténtico recital de flora y fauna.
      'Ojolince y Sra.'
**SED CONSCIENTES DE VUESTRAS LIMITACIONES PORQUE LA MONTAÑA PONE A CADA UNO EN SU SITIO**

Otoño en 'Las Arribes'. De Villarino al pozo de los Humos

Domingo, 7 de Diciembre de 2014
Estamos en invierno y aún no os hemos mostrado nuestra salida otoñal, para la que hemos elegido el Parque Natural de Arribes del Duero.
A las afueras de Villarino de los Aires, la niebla se apodera del entorno de 'Las Arribes'
Territorio incorporado por la Junta de Castilla y León a su red de Parques Naturales en el 2.002, y que bien merece un especial reconocimiento.
      Andryala integrifolia - Panecillo de conejo

'Las Arribes', como le dicen los lugareños, es un espacio natural de gran valor paisajístico, al oeste de las provincias de Zamora y Salamanca y lindando con la frontera portuguesa, creada de forma natural por el río Duero.

Scleroderma polyrhizum - Escleroderma estrellada


Gracias a sus peculiaries características orográficas y climáticas, disfrutan de una amplísima comunidad vegetal y...

por ende... animal.


Lycoperdon umbrinum - Pedo de lobo sombrío


El río Duero ha abierto un espectacular cañón que provoca el contraste altitudinal entre valle y llanura.

Este valle está muy bien resguardado lo que se traduce en una subida de su temperatura media anual, contando además con una mayor pluviosidad.


Todo ello unido a la actuación del hombre, abancando sus laderas e introduciendo cultivos como el olivo y la vid, ha creado este espacio exclusivo que hoy visitamos.
        Macrolepiota procera - Parasol

Sobre las diez de la mañana llegamos a Villarino de los Aires, pueblo perteneciente a la provincia de Salamanca y tomamos la carretera en desuso, al poblado de La Rachita.

Vamos a seguir la señalizada senda del Duero en su etapa nº 34 que nos llevará de Villarino de los Aires a Pereña de la Ribera por una vereda natural.

Dejamos el poblado a la derecha y aparcamos el coche poco más adelante en una pequeña explanada, al lado izquierdo de la carretera.

Una densa niebla cubre el hondo del cañón del Duero en su totalidad y ha comenzado a levantarse por lo que, en pocos minutos, nos vemos engullidos en ella.

'Ojolince' por la carretera en desuso que parte de Villarino de los Aire junto al río Duero
Eso no impide que mirando a uno y otro lados, reconozcamos la frondosa vegetación que nos rodea.
Daphne gnidium - Torbisco     
Encinas, Alcornoques, Olivos, Jara pringosa y Retamas negra y blanca, además de buenas plantas de Torbisco, nos llevan entretenidos por la carretera.
De una extensa variedad fúngica que vamos descubriendo, consignamos aquí alguna especie identificada.

En media hora, una clara señalización nos hace abandonar la carretera, para tomar una senda a la izquierda que nos interna en un bosque... 'animado'.

Un bosque 'de cuento' nos recibe con su alfombrada senda y tenue luz
Transitar por este bosque es una auténtica maravilla, lo que hace que nos olvidemos del frío con el que nos hace estremecer la niebla.
Únicamente se oyen nuestras pisadas sobre el tapiz de hojas con tonalidades ocres, naranjas y castaño-rojizo.
Un zorro se escabulle del objetivo de 'Ojolince' ¿puedes verle?
Ahora Castaños Castanea sativa, ahora Quejigos Quercus faginea, y más tarde la alfombra es de hojas de Roble Melojo, también conocido por Rebollo Quercus pyrenaica.

Seguimos el curso del arroyo de los Cabrones que nos va haciendo remontar esta ladera norte, cuya vegetación nos recuerda a la de un entorno más propio de la Cordillera Cantábrica.

    Los frutos del Rusco salen de sus tallos a modo de falsas hojas
Endrinos Prunus spinosa, Oxicedros Juniperus oxycedrus y Ruscos Ruscus aculeatus forman parte del sotobosque arbustivo, creciendo junto a helechos y un buen tapiz de musgos y líquenes.

En el cauce del arroyo asoman Fresnos, Chopos y Olmos entre los que se mueven los pequeños páridos.

Los grandes castaños del bosque han perdido por completo sus lanceoladas y dentadas hojas
Chochín, Mito, Pinzón, Verderón y más de un Arrendajo se dejan oir, mejor que ver.
 Sitta europaea - Trepador azul       

Con suerte, la llamanda del Trepador azul hace que descubramos su posición y podamos inmortalizarle, allá arriba.

La ladera contigua, al otro lado del arroyo Cabrones, hace tiempo que recibe los rayos del sol.

Ladera aterrazada del otro lado del arroyo Cabrones


Tras el abandono de la actividad agrícola, este terreno abancado está siendo colonizado por retamas, escobas y encinas que ya van adquiriendo buen porte.

Poco a poco, vamos dejando atrás el umbroso bosque y su peculiar encanto.

Ojolince a la salida del 'bosque encantado'... disfruta del agradable y soleado sendero
 Un mar de niebla perdura sobre el río Duero y sus Arribes   


Una mirada atrás y...

¡¡ahí está el bosque y la persistente niebla sobre el río Duero!!




Fringilla coelebs - Pinzón vulgar


'Ojolince y Sra.' proseguimos, más atemperados, nuestro sendero por un terreno abierto donde Quejigos Quercus faginea, Almendros Prunus dulcis, Olivos Olea europaea y Cerezos Prunus avium, nos van mostrando sus siluetas.


Olea europaea - Olivo
Quercus faginea - Quejigo
Poco antes del mediodía, la vereda en ascenso que llevamos nos muestra las primeras viñas y parcelas de cultivo del pueblo de Pereña de la Ribera, entre las que se mueve un grupillo de zorzales.
La vereda nos conduce a las huertas de Pereña de la Ribera 

El cultivo del viñedo en la comarca data de la edad media sin embargo, hasta mediados del siglo pasado, no comenzó a extenderse y comercializarse, constituyendo hoy día la actividad por excelencia.

En 2.007 fue reconocida la Denominación de Origen vinícola Arribes.

Iglesia de Santa María s.XVI, en Pereña de la Ribera

También hay numerosas parcelas dedicadas al cultivo del olivo y del almendro.

Una vez en el pueblo, la señalización de la senda del Duero nos lleva al corazón de éste, donde se encuentra ubicada la iglesia parroquial de Santa María.

Fuente circular de Pereña de la Ribera

Situada en la parte más alta de Pereña, la espadaña acastillada de la iglesia marca la silueta del pueblo bien visible desde los distintos caminos, como más tarde comprobaremos.

Atravesamos el pueblo, saliendo de la plaza por su arco, y pasando junto a la hermosa fuente de planta circular.

      'eSrá' en el abrevadero del camino de los Cuernos
Tomamos el camino de los Cuernos directo al Pozo de los Humos.

Es transitable en vehículo aunque son escasos cinco kilómetros de fácil paseo.

Durante el primer trecho vamos viendo bodegas, construcciones agrarias y ganaderas (chozos y casetos) muy frecuentes en la comarca.

Anthus pratensis - Bisbita pratense
En este medio es fácil encontrarse Alondra común, Cogujada montesina y Bisbita pratense quién, de forma razonable, acepta nuestra presencia colgada en su percha.

A uno y otro lados, el terreno está laboriosamente transformado para su aprovechamiento vitivinícola.

Con el día completamente soleado, se va animando el paseo al pozo pero, no del modo en que nos gustaría.
Desde la pista, alcanzamos a ver la chopera-merendero tras la que se esconde el pozo de los Humos
Son numerosos los vehículos que vemos pasar, de ida y vuelta...
...A pie, 'Ojolince y Sra.' vamos solos; en media hora, estamos en el merendero.
Parking-Merendero donde es aconsejable dejar el vehículo, aunque no hay ninguno
Sylvia melanocephala - Curruca cabecinegra      
Desde aquí, quedan dos kilómetros al mirador del pozo de los Humos y es un trayecto de especial interés; aún así, sólo nos cruzamos con un grupo de tres jóvenes que vienen andando de vuelta.

Encinas, Robles melojos, Espinos, Escobas, Oxicedros, Endrinos, Jaras y Torbiscos dominan la penillanura por la que avanzamos.

Saxicola rubicola - Tarabilla europea        
De ahí que, cada vez que escuchamos ruido entre los arbustos, sea una curruca o una tarabilla quién salga a nuestro encuentro.

La pista desciende paulatinamente y muere en otro aparcamiento cuyo acceso está prohibido del 15 de Febrero al 1 de Agosto.

Hoy, este parking está completo.

Senda de bajada al mirador del Pozo de los Humos
Durante este corto trayecto de senda al mirador vemos cómo el paisaje de penillanura se va transformando, cediendo paso al paisaje propio del arribe. Unos minutos más y...
 Aquí tenemos el espectacular entorno y salto del pozo de los Humos
La cascada desciende por un impresionante cortado granítico, efectuando una caída de 50 mts., salto sólo superado en dos metros por las cataratas del Niágara.
Zoom a la plataforma-mirador, a la que se accede desde el pueblo de Masueco
Subiendo unos metros desde nuestro mirador, encontramos un 'agrego con vistas' para comer.
    Cortinarius spilomeus, en el mirador (¿?)

A esta hora el sol ha cogido fuerza y hasta pasamos calor durante el almuerzo, en el que se atreve a acompañarnos un ejemplar solitario de Colias de Berger Colias alfacariensis.

Es constante el murmullo del río Uces al precipitarse sobre el pozo, levantando una buena nube de vapor de agua similar al humo, característica que da nombre a la cascada.

El mejor momento para visitar el Pozo de los Humos es en época de lluvia, entre diciembre y mayo, cuando el abundante caudal del río permite contemplar la caída del agua en todo su esplendor.

Vista del Pozo de los Humos, desde nuestro improvisado mirador para el almuerzo
La inaccesibilidad de los cortados del arribe es ideal para algunas de las especies amenazadas de nuestra avifauna como la cigüeña negra, el águila perdicera, el alimoche o el buitre.
 'Ojolince' en la senda que permite rodear el cerro del Cueto   
Sólo nos es posible disfrutar de algunos ejemplares de buitre leonado y numerosos aviones roqueros con incesantes idas y venidas junto a los riscos y cortados.

A eso de las dos y media abandonamos el improvisado mirador, tomando una senda que sale a la izquierda de la pista principal, poco después del aparcamiento.

El cortado de 'las Arribes' siempre a nuestra izquierda
      Abrevadero-Fuente de los Lavajos

Se trata de un atajo que nos lleva a unirnos con el camino de la Cotorra por el que pensamos volver a Pereña de la Ribera rodeando el cerro del Cueto.

Estos caminos por los que transitamos llevan a fincas de explotación ganadera y agraria, siempre bien aprovisionadas de fuentes y abrevaderos.

Paraje por donde atravesamos el arroyo de los Cuernos   

Casi rodeado por completo el cerro del Cueto, nuestro camino gira de forma evidente, tomando dirección a Pereña de la Ribera.

Pero antes, hemos de atravesar el arroyo de los Cuernos mediante el bonito puente de la Pericota.

'Ojolince' sobre el puente de la Pericota
      Lycaena phlaeas - Manto bicolor
Poco a poco, vamos saliendo de la hondonada en que se encuentra este fresco y reverdecido valle.

No sin antes hacerle una foto a la bella Manto bicolor que, a diferencia de la Colias de Berger, se detiene ante la cámara de 'Ojolince' unos pocos instantes.

Alcanzamos a distinguir la espadaña acastillada de la iglesia de Pereña     
Paisaje transformado por la mano del hombre, en Pereña de la Ribera
Retornamos al pueblo uniéndonos al camino de los Cuernos justo a la altura del abrevadero de esta mañana.
      El bosque 'encantado' nos recibe, ahora sin niebla

A eso de las cuatro y cuarto llegamos a Pereña de la Ribera.

Atravesamos el pueblo por el mismo trazado de la mañana y nos dirirgimos al bosque 'encantado' antes de que el sol baje demasiado.

Nos introducimos en el bosque donde la luz es mucho más tenue
El bosque ha cambiado. Sin la densa niebla aunque con escasa luz, apreciamos sus tonalidades...
... y la senda que le atraviesa se nos hace, mucho más corta que esta mañana.
Atardece en 'las Arribes'
Vista desde la carretera de vuelta a Villarino de los Aires
Eso sí, llegamos de vuelta a Villarino bien atardecido.
PLANO Y PERFIL DEL RECORRIDO
El itinerario seguido está dibujado en linea verde
DISTANCIA TOTAL -> 20,5 Kms.            TIPO DE TRAZADO -> Parcialmente circular
ASCENSIÓN ACUMULADA -> 633 mts.        TIEMPO TOTAL -> 7 h. 30'
DIFICULTAD -> Baja              DESCARGA DEL TRACK
GRÁFICA DEL RECORRIDO
Ojolince y Sra.


 **SED CONSCIENTES DE VUESTRAS LIMITACIONES PORQUE LA MONTAÑA PONE A CADA UNO EN SU SITIO**