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Arousa. Parque Natural de Carreirón

Sábado, 19 de Junio de 2010
En esta ocasión nos hemos aventurado un poco más lejos de nuestros dominios habituales porque queríamos tomar contacto con la fauna y flora gallegas (también con sus gentes) que teníamos un poco olvidadas.
Elegimos la ría de Arousa por su espectacular paisaje, océano de gran belleza y, porque no, su afamada cultura del albariño...
La mañana del sábado salió espléndidamente soleada aunque un poco ventosa y, a primera hora, ya estábamos disfrutando de las vistas de la hermosa playa de la Lanzada de camino a nuestro objetivo: "El Parque Natural de Carreirón", en la parte suroeste de la isla de Arousa.

Como son fechas tempranas para el turismo en Galicia, disfrutamos de una mañana tranquila de manera que se podían escuchar diversos cantos y ver pajarillos pequeños por doquier.
Saxicola torcuata

Las tarabillas estaban muy atareadas en sus labores de cría de varios polluelos que revoloteaban a su alrededor... a cual más pedigüeño... pero que sabían elegir excelentes posaderos para crear fotos bien originales.


El parque no es muy extenso (1,3 km2.) pero tiene la peculiaridad de que coexisten diversos ecosistemas desde los sistemas dunares, pasando por las marismas, los matorrales, los pinares o el impresionante paisaje submarino de su litoral.


Las diversas rutas que puedes seguir para conocer el parque te hacen recorrer de forma entremezclada los diferentes habitats y esto hace que la visita se haga muy entretenida y variada.
Tan pronto te sobrevuelan las abundantes patiamarillas (por cierto muy acostumbradas a los turistas) a las que se pueden hacer sobervios retratos:
Larus michahellis
bueno, a ellas y sus pollos...

Motacilla flava flavissima

Como puedes pasar el rato siguiendo el vuelo de la lavandera boyera que, muy de vez en cuando, se detiene a descansar en algún bonito posadero.
Phoenicurus ochruros
O encontrar algún pollo de
colirrojo tizón,
camuflado en su piedra favorita...

Otros.... están tan ocupados excavando su casa que ni se enteran de las visitas aunque éstas, sean un poco meticonas...
Atravesando un pinarcillo pudimos contemplar, entre las ramitas del Pinus pinaster al escribano soteño de la zona...
Emberiza cirlus
y, algo menos escondida su progenie

Después de recorrer durante
otro ratito la bonita zona costera,
con playas semidesiertas
(menudo lujo, si hubiéramos
llevado el bañador)
llegamos a nuestro punto
de partida, donde se conserva
una zona de marisma y vimos cruzar
lo que nos pareció ... una faisana...
Al momento, nos despistó de ella el canto del buitrón en vuelo que no pudimos ver
aunque sí a su pollo que se acercó a una familia de tarabillas que estaban alimentando a su descendecia (sería a ver si caía algo por equivocación)
Cisticola juncidis
Vaya helechal... se vive bien ahí ¿eh?
La isla de Arousa nos deparó algunas vistas que no podíamos dejar de fotografíar:

dicen que la puesta de sol es de lo más bonito en la isla...juzgad vosotros mismos....

Hasta pronto.

Ojo lince y sra.
en compañia...

Recorrido por Marismas Blancas y Santoña

Sábado, 29 de Mayo de 2010
Acostumbrados a los madrugones para rutas montañeras, tampoco hacemos pereza cuando se trata de ir al mar que, con este tiempecito...ya apetece; eso sí, con la doble equipación de observadores y domingueros bañistas.
Agradecidos por poder hacer uso de la autovía de la Meseta a Cantabria y después de la obligada parada de descanso en Reinosa, pudimos ponernos a disfrutar de nuestro oficio de observadores en las Marismas Blancas (Astilleros de Santander) a poco más de las diez de la mañana.
La mañana estaba tranquila pero el cielo bastante cubierto con lo que la luz no dejaba ver bien los coloridos de azulones, zampullines y porrones (europeo y moñudo) que por allí campaban a sus anchas.
Una Anas platyrhynchos, descansando entre los carrizos
Además de una pareja de cisne vulgar, con su pollada. Más tarde encontramos otros con actitudes poco amigables.
Cignus olor
También se dejó ver con facilidad el amigo somormujo, con su mejor traje de verano.
Podiceps cristatus
Continuamos hacia las Marismas de Santoña, en concreto a la zona del monasterio de Montehano, un poco desencantados porque, aunque ya lo sabíamos, Santoña en verano no tiene la variedad del invierno, en lo que a aves se refiere ya que no se podía decir lo mismo de flora:
Ophrys apifera
Ortiguera (Aglais urticae)
Ni de la familia de los ninfálidos...
Pero, la fortuna quiso que pudiéramos deleitarnos con un ejemplar de halcón que había elegido un feísiiiiiiiiiiiiiimo posadero para descansar después de su comida mañanera.
Falco peregrinus

También pasamos un buen rato observando a los zarapitos reales que abundaban por la zona aunque a distancias considerables.
Además de alguna que otra garceta común que echaba vuelos cortos delante de nosotros para que ojolince practicase la foto en vuelo, nada ¡QUE NO SALE! bueno pues ahí quieta...

Egretta garcetta
Cambiamos de zona, vamos a ver qué se guisa por el canal de Boó, más conocido como el paseo de las conserveras de Santoña; ahí, en la marisma Bengoa, este invierno pudimos ver a placer los colimbos grande y ártico de los que dejo buena muestra (en su momento no había iniciado este cuaderno)
   Gavia immer                                                               Gavia arctica

También este invierno tuvimos la suerte de ver a un ibis sagrado que paró aquí durante un tiempo, pero estaba demasiado lejos para dejar constancia fotográfica.
Bueno, a lo que vamos, el paseo era reconfortante después de tanto rato a pie firme pero no dábamos dos pasos sin detenernos por un canto, un vuelo o una foto... Mucha lavandera boyera, el cistícola juncidis que se oía más que verse, garza real, azulones, larus varius...milanos negros, garcillas bueyeras y las prota de día: bando de espátulas en vuelo.

Platalea leucorodia
Como ya se aproximaba la hora de comer decidimos ir a la playa de Trengandín en Noja porque ahí hay un espacio verde con sombra donde tirar la toalla para comer cómodamente y al fresquito.
Después cafetito en bar Los Peñones y paseo por la playa, que la tarde se está arreglando.
El sol calienta bastante más que por la mañana y apetece un baño; el agua fría normal en esta época de año, nos reconforta. Ya hemos recobrado fuerzas para seguir pajareando...
Nos acercamos a La Junquera de Pedreña de donde también tenemos buenos recuerdos de este invierno...
Pandion haliaetus
... la pescadora nos deleitó con su pesca y vuelo.
Hoy nos conformamos con el paseo por la costa y sus inmejorables vistas de las bahías de Pedreña y Santander.
Ah! y con este joven de Larus fuscus ? que pasaba cerca y ojolince pudo inmortalizar para la posteridad... bueno más bien para su álbum particular.

Y hasta aquí, nuestra aventura marismeña de este primer sábado realmente veraniego del año.
Hasta pronto y saludos desde Pucela. Ojolince y sra.