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Miscelánea en La Pernía. Peña Carazo y Horca de Lores

Sábado, 21 de Julio de 2012
En varias ocasiones nos habíamos planteado dirigir nuestros pasos hacia la Comarca de la Pernía para recorrer alguno de sus caminos desde la antigua Abadía de Lebanza y hoy ha llegado ese día.
      eSrá y ojolince en la cima de Peña Carazo a 2.013 mts.
La Pernía, cuyo origen se desconoce aunque data de tiempos inmemoriales, está localizada entre las poblaciones de San Salvador de Cantamuda y Lores en el norte de la provincia de Palencia.
      Abadía de Lebanza
Para hacer un reconocimiento del antiguo condado iniciamos nuestra andadura en el bucólico rincón donde se ubica la abadía.

En el trayecto desde el pueblo de San Salvador de Cantamuda hasta la abadía ya hemos tenido oportunidad de ver alguno de los alcaudones dorsirrojos de la Pernía y un bonito grupo de ciervos que se detienen, durante un instante, a comprobar que no nos bajamos del coche...  Comienza bien la jornada.
Cervus elaphus - Ciervo común o rojo
A las diez de la mañana ya hemos dejado el vehículo en una buena sombra junto a la abadía y ojolince y sra. emprendemos el sendero que nos interna en el imponente robledal y que sigue el curso del arroyo de la Abadía.
    eSrá en el tupido bosque de roble melojo     
Queremos poner algo de ritmo a la ruta pero, a medida que avanzamos nos damos cuenta de que va a resultar muy difícil...

Por todos los lados aparecen muchos y variados amigos de ojolince y sra. Satíridos como la ninfa de Linneo Coenonympha pamphilus y la ninfa perlada Coenonympha arcania; la bellas sofía Issoria lathonia y manto de oro Lycaena virgaureae.
      Lasiommata maera  - Pedregosa






Bajo el sotobosque de roble, aún en estas fechas, podemos observar especies de herbáceas como el lirio azul Iris latifolia, el hipérico alpino Hypericum richeri, la consuelda mayor Prunella grandiflora, el senecio jacobeo Senecio jacobaea y diferentes especies de centaurea entre las que destaca la Centaurea nigra.
       Iris latifolia  Lirio azul                                                           
Esta senda a media umbría es recomendable para todo aficionado al mundo de los lepidópteros y, como no, a cualquier amante de la botánica.
      Hypericum richeri  - Hipérico alpino 
Resulta también muy abundante la pedregosa Lasiommata maera, la medioluto ibérica Melanargia lachesis y la erebia de Prunner Erebia meolans.
Algo menos frecuentes, aunque se dejan ver, la blanquita de la col Pieris rapae y la manto bicolor Lycaena phlaeas.
                    Erebia meolans sobre el cardo azul

Un escurridizo ejemplar de 'rey moro' Brintesia circe hace que nos entretengamos más de la cuenta...
Casi nos perdemos el vuelo de un joven ejemplar de águila real Aquila chrysaetos que toma una térmica en altura, por encima de nuestro robledal.

Menos mal que un par de caballos llegan en nuestro auxilio, consiguiendo distraer nuestra atención y, de este modo, hacernos retomar la andadura.

Prado de las Cabras, al fondo Peña Carazo       
En unos minutos llegamos al final del robledal alcalzando unas jugosas praderías donde se alimenta plácidamente una numerosa caballada.
                                                                           Digitalis parviflora, detalle de las calzas de lobo

La senda continúa arroyo arriba y en las inmediaciones de éste podemos determinar ejemplares de menta de caballo Menta longifolia y grasilla Pinguicula grandiflora con numerosos insectos pegados en sus hojas basales; además de las, cada vez menos frecuentes, genciana y acónito amarillos: Gentiana lutea y Aconitum vulparia.

Las calzas de lobo Digitalis parviflora son más abundantes que la propia dedalera Digitalis purpurea y el rey de los cardos de montaña, el cardo azul Eryngium bourgatii, puebla también estas laderas de media montaña.
    Pinguicula grandiflora, detalle de las hojas basales                 Aconitum vulparia, detalle de las flores                 
La amplia pradería está salpicada de olorosa milenrama Achillea millefolium, el aromático serpol serrano Thymus praecox, la rubiácea Gallium verum y la clavelina de montaña Dianthus deltoides. También reconocemos la orquídea maculada Dactylorhiza maculata en sus dos tonalidades fucsia y rosa pálido.

Cuando nos decidimos a levantar la cabeza distinguimos la silueta de una escarpada mole caliza... esa debe ser 'La Carazo'.
      La Peña Carazo desde El Hoyo de la Barguilla
Una mirada atrás nos permite diferenciar en lontananza la silueta de la sierra de Peña Labra y el pico Valdecebollas aunque, hacia allí, la luz no es la idónea para una buena toma.
        Sylvia undata - Curruca rabilarga

Desde este lugar, donde se nos ha levantado una familia de zorzales charlos para no dejarse ver más, debemos seguir una desdibujada senda que nos adentra en un colorido brezal de Erica australis y E. arborea y E. tetralix, con un entramado de retama blanca y escoba negra que, en ocasiones, nos dificulta el paso aunque nos depara más de una sorpresa...
¡¡Conseguimos distinguir curruca rabilarga, mosquitera y zarcera!!

Los que mejor se dejan ver, son los jovencitos acentores comunes que se sitúan el lo alto de las retamas a reclamar su alimento.
Algún que otro 'cerillo' compite con ellos por ese privilegiado espacio en altura.
            Sylvia borin - Curruca mosquitera                                           Emberiza citrinella - Escribano cerillo
Este recorrido nos lleva a alcanzar el Collado de Hontanillas a 1.800 mts., momento en el que quedamos fascinados por la imagen que desde aquí se obtiene del Curavacas.
Y de otras destacadas cumbres de la montaña Palentina como la muestra tomada en esta instantánea del valle de PinedaPeña Prieta.
Desde el collado, dejando el Pico Hontanillas a nuestra espalda, vamos a emprender la ascensión a 'La Carazo' a ver por qué grieta nos colamos para hacer cumbre...
      eSrá comienza la ascensión, propiamente dicha, a la Peña Carazo
En pocos minutos estamos en la base de la gran roca y buscamos un paso entre las escarpadas y fragmentadas paredes que albergan bellezas insospechadas...
        Sempervivum vicentei - Siempreviva   

No nos requiere mayor esfuerzo que una corta y fácil trepada, el alcanzar el cresterío, desde donde disfrutamos de una amplia y limpia panorámica...
Línea de cumbres de la montaña Palentina
A nuestra izquierda, algo más lejano el Espigüete y la sierras del Brezo y la Peña de entre las que destaca el sinuoso perfil de la peña Redonda.
      Sierra de la Peña donde sobresale el resalte de Peña Redonda
Recorremos el cresterío caminando penosamente por una sucesión de bloques de roca descompuesta que forma la mole de 'la Carazo' hasta alcanzar su vértice y buzón montañero.


En ese punto hacemos un descanso y depositamos nuestra tarjeta de cumbres en su buzón.

Es el momento de disfrutar de la belleza del lugar y tomar alguna muestra de ello.

Además de hacer nuestra planificación para la continuidad de la ruta hacia la Horca de Lores.


eSrá y el grandioso Curavacas ¡¡menuda pareja!!
Desde aquí vemos claramente un collado donde descansa una buena cabaña de ganado... por ahí debemos atravesar para comenzar la ascensión a la Horca de Lores.
        Collado que da paso a la Horca de Lores o Carazuelo
 
Las grandes cumbres de la montaña Palentina comienzan a cubrirse de nubes que, poco a poco, van llegando procedentes de los picos de Europa.
 
Estos no hemos conseguido verles ya que, aún tratándose éste de un genial oteadero, están en todo momento cubiertos por un denso y algodonoso manto.
 
En la bajada hacia el collado, nos soprende una colorida perdiz pardilla Perdix perdix que sale de entre la espesura del piornal y se escabulle de nuevo entre él, un poco más abajo.
Ojolince llegando a Horca de Lores o Carazuelo     
 
Imposible la foto, ni siquiera una buena observación del único ejemplar que nos salió.
 
La familia vacuna nos cede el paso en el collado y, poco después, ya que se trata de una breve ascensión, alcanzamos el vértice cimero de la Horca de Lores y sus 2.021 mts.
 
Pues ¡¡aquí comemos!!...
Saca la intendencia que voy a ver quién canta por los alrededores.
      Anthus spinoletta - Bisbita alpino
El bisbita alpino es bien recibido durante el almuerzo por ojolince y sra. para, poco después, despedirse e irse con su familia.
 
Agradecemos el descanso y, una vez repuestos, emprendemos el camino de vuelta buscando un recorrido más corto que nos lleve a rodear 'la Carazo' y nos comunique más cómodamente con el collado de Hontanillas.
 
Realizamos el trayecto a buen paso porque, por momentos, vamos perdiendo luz...
 
Las nubes ya no quieren quedarse en las cumbres y nos van ensombreciendo el panorama.
         Ojolince posa con la Sierra de Peña Labra entre un mar de nubes
Aún así, disfrutamos plenamente del camino de vuelta... Siempre repleto de vida: acentores, currucas, escribanos, collalbas, tarabillaszorzales, chovas; garrapinos, trepador azullavandera blancapico picapinos, cuervo, buitreratonero fueron algunos de los compañeros de ruta de regreso al valle.
En la majada de las cabras nos recibe una familia de alcaudón dorsirrojo que vive por la zona y la caballada que dejamos esta mañana.
        Digitalis parviflora                                  Campanula scheuchzeri 
El paseo de vuelta a la Abadía junto al curso de arroyo promete...
GRÁFICA DEL RECORRIDO
PLANO Y PERFIL DEL RECORRIDO

Distancia Total -> 12 Kms.
 
Desnivel -> 700 mts.
 
Tipo de Trazado -> Lineal
 
Dificultad -> Baja
 
Tiempo total -> 7 horas 26'
(7 h. movimiento / 26' parado)

El resultado de esta visita a la Pernía ha sido muy gratificante.
¡¡Aquí hay que volver!!
Nunca hubiéramos pensado que nos íbamos a encontrar con una miscelánea de nuestras aficiones en el corazón de la Pernía.
Hasta pronto y un saludo a todos los lectores y seguidores.
Ojolince y sra.
**SED CONSCIENTES DE VUESTRAS LIMITACIONES PORQUE LA MONTAÑA PONE A CADA UNO EN SU SITIO**

Pícidos en el Canal del Duero

Viernes, 13 de Julio de 2012
En este mes de Julio, cuando verdaderamente ha comenzado a apretar el calor, es cuando más dificultades tenemos los aficionados a la ornitología para disfrutar de un buen día de 'pajareo'.
      Dendrocopos major - Pico picapinos
 Ojolince y sra., por unas circunstancias u otras, debemos conformarnos con salir por las inmediaciones de casa, por nuestro 'canal del Duero' que cada vez nos sorprende más, en lo que respecta a observaciones pajariles.

Esta temporada, de entre las numerosas parejas de pico picapinos que crían por las inmediaciones del canal, una ha preparado su nido en un chopo negro que el año pasado resultó dañando por una de las quemas que tristemente tienen lugar en nuestro entorno, sin causa aparente.
                          Macho en la boca del nido                                     Hembra en al boca del nido
El chopo no se salvó pero, en su seco tronco ha sido posible la crianza de una familia de picapinos.
      Pico picapinos - Great Spotted Woodpecker
Durante estos días de crianza, les hemos visto echar incesantes vuelos a la caza de todo insecto que proporcionar a su hambrienta prole...
Eso sí, terminada la crianza han desaparecido como 'por arte de magia' y no les hemos vuelto a ver por la zona.
Otro pícido que ha criado este año en nuestro entorno es el mimético torcecuello.

Seguramente lo haga todos los años pero, precisamente por esa peculiaridad de su plumaje, es posible que nos haya pasado desapercibido.

En esta ocasión, no descubrimos a los adultos sino que, al pasar junto al tronco de una vieja acacia, oímos un incesante piar, a modo de matraqueo constante, que nos llevó a buscar entre la agrietada corteza, un agujero en el que asomaba un pollo de torcecuello.
Pollo de torcecuello, asomando en la grieta de su nido
Descubierto el nido, no nos resultó difícil la localización de los progenitores.
En las cercanías del nido éstos recopilaban hormigas en su pico para, una vez bien lleno, dirigirse a un posadero en alto, desde el que entrar al nido a cebar a su descendencia.
        Jynx torquilla - Torcecuello euroásiatico

Al igual que los picapinos, terminada la crianza, han desaparecido sin dejar rastro.
            Torcecuello - Eurasian wryneck
Aquí dejamos la crónica de pícidos de nuestro canal del Duero y os mandamos un saludo a todos los lectores y seguidores.
Ojolince y sra.

Garceras en el Duero (Tierra de Pinares)

Domingo, 1 de Julio de 2012
No muy lejos de casa tenemos localizada una colonia de garza real.
Ardea cinerea - Garza real    
Ya hace algunos años, descubrimos la existencia de esta área de cría de nuestra elegante garza.
Se encuentra no muy lejos de casa aunque, lo suficiente, para que resulte imprescindible un medio de transporte, al menos la bici, para acercarnos hasta ella.
El río Duero, entre las poblaciones de Laguna y Tudela de Duero, presenta una buena cobertura de chopo negro, álamo blanco, sauce y fresno.
Una de estas choperas de ribera es la que alberga esta pequeña colonia de garza real.

Otros años, el número de parejas y nidos era considerablemente mayor y, aunque desconocemos el motivo, este año hemos visto menos ejemplares incubando y nidos completamente perdidos.

Alguno de ellos incluso con huevos abandonados a punto de desprenderse y caer al río.

La aproximación la realizamos en silencio, por la senda de pescadores que discurre muy próxima al río.

En ocasiones, la abundancia de pajarillos distrae nuestra atención.
Próximos a la colonia, la entradas y salidas de las garzas son frecuentes y desvían hacia ellas nuestro interés.
Garza real - Grey heron       
Nos encontramos discretamente ocultos entre la frondosa vegetación de ribera y eso dificulta la toma de fotografías, si bien, alguna de ejemplares en vuelo podemos captar.
También recibimos la vista de una calzada ´fase clara´ que pasó por las proximidades de nuestro escondite.
Hieraaetus pennatus - Águila calzada - Booted eagle
Otras observaciones interesantes en la zona: abundante pico picapinos, milano negro y azulón. Mosquiteros, currucas, ruiseñores, herrerillos, carboneros, pinzones, mitos, agateador común; todos ellos muy atareados en sus labores de cría, como es natural, en las fechas que nos encontramos.
Aquí dejamos el breve relato y os mandamos un saludo desde Pucela.
Ojolince y sra.