Domingo, 7 de Diciembre de 2014
Estamos en invierno y aún no os hemos mostrado nuestra salida otoñal, para la que hemos elegido el Parque Natural de Arribes del Duero.
A las afueras de Villarino de los Aires, la niebla se apodera del entorno de 'Las Arribes'
Territorio incorporado por la Junta de Castilla y León a su red de
Parques Naturales en el 2.002, y que bien merece un especial reconocimiento.Andryala integrifolia - Panecillo de conejo
'Las Arribes', como le dicen los lugareños, es un espacio natural de gran valor paisajístico, al oeste de las provincias de Zamora y Salamanca y lindando con la frontera portuguesa, creada de forma natural por el río Duero.
Scleroderma polyrhizum - Escleroderma estrellada
Gracias a sus peculiaries características orográficas y climáticas, disfrutan de una amplísima comunidad vegetal y...
por ende... animal.
Lycoperdon umbrinum - Pedo de lobo sombrío
El río Duero ha abierto un espectacular cañón que provoca el contraste altitudinal entre valle y llanura.
Este valle está muy bien resguardado lo que se traduce en una subida de su temperatura media anual, contando además con una mayor pluviosidad.
Todo ello unido a la actuación del hombre, abancando sus laderas e introduciendo cultivos como el olivo y la vid, ha creado este espacio exclusivo que hoy visitamos.
Macrolepiota procera - Parasol
Sobre las diez de la mañana llegamos a Villarino de los Aires, pueblo perteneciente a la provincia de Salamanca y tomamos la carretera en desuso, al poblado de La Rachita.
Vamos a seguir la señalizada senda del Duero en su etapa nº 34 que nos llevará de Villarino de los Aires a Pereña de la Ribera por una vereda natural.
Dejamos el poblado a la derecha y aparcamos el coche poco más adelante en una pequeña explanada, al lado izquierdo de la carretera.
Una densa niebla cubre el hondo del cañón del Duero en su totalidad y ha comenzado a levantarse por lo que, en pocos minutos, nos vemos engullidos en ella.
'Ojolince' por la carretera en desuso que parte de Villarino de los Aire junto al río Duero
Eso no impide que mirando a uno y otro lados, reconozcamos la frondosa vegetación que nos rodea.
Daphne gnidium - Torbisco
Encinas, Alcornoques, Olivos, Jara pringosa y Retamas negra y blanca, además de buenas plantas de Torbisco, nos llevan entretenidos por la carretera.De una extensa variedad fúngica que vamos descubriendo, consignamos aquí alguna especie identificada.
En media hora, una clara señalización nos hace abandonar la carretera, para tomar una senda a la izquierda que nos interna en un bosque... 'animado'.
Un bosque 'de cuento' nos recibe con su alfombrada senda y tenue luz
Transitar por este bosque es una auténtica maravilla, lo que hace que nos olvidemos del frío con el que nos hace estremecer la niebla.Únicamente se oyen nuestras pisadas sobre el tapiz de hojas con tonalidades ocres, naranjas y castaño-rojizo.
Un zorro se escabulle del objetivo de 'Ojolince' ¿puedes verle?
Ahora Castaños Castanea sativa, ahora Quejigos Quercus faginea, y más tarde la alfombra es de hojas de Roble Melojo, también conocido por Rebollo Quercus pyrenaica.Seguimos el curso del arroyo de los Cabrones que nos va haciendo remontar esta ladera norte, cuya vegetación nos recuerda a la de un entorno más propio de la Cordillera Cantábrica.
Los frutos del Rusco salen de sus tallos a modo de falsas hojas
Endrinos Prunus spinosa, Oxicedros Juniperus oxycedrus y Ruscos Ruscus aculeatus forman parte del sotobosque arbustivo, creciendo junto a helechos y un buen tapiz de musgos y líquenes.
En el cauce del arroyo asoman Fresnos, Chopos y Olmos entre los que se mueven los pequeños páridos.
Los grandes castaños del bosque han perdido por completo sus lanceoladas y dentadas hojas
Chochín, Mito, Pinzón, Verderón y más de un Arrendajo se dejan oir, mejor que ver.
Sitta europaea - Trepador azul
Con suerte, la llamanda del Trepador azul hace que descubramos su posición y podamos inmortalizarle, allá arriba.
La ladera contigua, al otro lado del arroyo Cabrones, hace tiempo que recibe los rayos del sol.
Ladera aterrazada del otro lado del arroyo Cabrones
Tras el abandono de la actividad agrícola, este terreno abancado está siendo colonizado por retamas, escobas y encinas que ya van adquiriendo buen porte.
Poco a poco, vamos dejando atrás el umbroso bosque y su peculiar encanto.
Ojolince a la salida del 'bosque encantado'... disfruta del agradable y soleado sendero
Un mar de niebla perdura sobre el río Duero y sus Arribes
Una mirada atrás y...
¡¡ahí está el bosque y la persistente niebla sobre el río Duero!!
Fringilla coelebs - Pinzón vulgar
'Ojolince y Sra.' proseguimos, más atemperados, nuestro sendero por un terreno abierto donde Quejigos Quercus faginea, Almendros Prunus dulcis, Olivos Olea europaea y Cerezos Prunus avium, nos van mostrando sus siluetas.
Olea europaea - Olivo
Quercus faginea - Quejigo
Poco antes del mediodía, la vereda en ascenso que llevamos nos muestra las primeras viñas y parcelas de cultivo del pueblo
de Pereña de la Ribera, entre las que se mueve un grupillo de zorzales.
La vereda nos conduce a las huertas de Pereña de la Ribera
El cultivo del viñedo en la comarca data de la edad media sin embargo, hasta mediados del siglo pasado, no comenzó a extenderse y comercializarse, constituyendo hoy día la actividad por excelencia.
En 2.007 fue reconocida la Denominación de Origen vinícola Arribes.
Iglesia de Santa María s.XVI, en Pereña de la Ribera
También hay numerosas parcelas dedicadas al cultivo del olivo y del almendro.
Una vez en el pueblo, la señalización de la senda del Duero nos lleva al corazón de éste, donde se encuentra ubicada la iglesia parroquial de Santa María.
Fuente circular de Pereña de la Ribera
Situada en la parte más alta de Pereña, la espadaña acastillada de la iglesia marca la silueta del pueblo bien visible desde los distintos caminos, como más tarde comprobaremos.
Atravesamos el pueblo, saliendo de la plaza por su arco, y pasando junto a la hermosa fuente de planta circular.
'eSrá' en el abrevadero del camino de los Cuernos
Tomamos el camino de los Cuernos directo al Pozo de los Humos.
Es transitable en vehículo aunque son escasos cinco kilómetros de fácil paseo.
Durante el primer trecho vamos viendo bodegas, construcciones agrarias y ganaderas (chozos y casetos) muy frecuentes en la comarca.
Anthus pratensis - Bisbita pratense
En este medio es fácil encontrarse Alondra común, Cogujada montesina y Bisbita pratense quién, de forma razonable, acepta nuestra presencia colgada en su percha.
A uno y otro lados, el terreno está laboriosamente transformado para su aprovechamiento vitivinícola.
Con el día completamente soleado, se va animando el paseo al pozo pero, no del modo en que nos gustaría.
Desde la pista, alcanzamos a ver la chopera-merendero tras la que se esconde el pozo de los Humos
Son numerosos los vehículos que vemos pasar, de ida y vuelta......A pie, 'Ojolince y Sra.' vamos solos; en media hora, estamos en el merendero.
Parking-Merendero donde es aconsejable dejar el vehículo, aunque no hay ninguno
Sylvia melanocephala - Curruca cabecinegra
Desde aquí, quedan dos kilómetros al mirador del pozo de los Humos y es un trayecto de especial interés; aún así, sólo nos cruzamos con un grupo de tres jóvenes que vienen andando de vuelta.Encinas, Robles melojos, Espinos, Escobas, Oxicedros, Endrinos, Jaras y Torbiscos dominan la penillanura por la que avanzamos.
Saxicola rubicola - Tarabilla europea
De ahí que, cada vez que escuchamos ruido entre los arbustos, sea una curruca o una tarabilla quién salga a nuestro encuentro.La pista desciende paulatinamente y muere en otro aparcamiento cuyo acceso está prohibido del 15 de Febrero al 1 de Agosto.
Hoy, este parking está completo.
Senda de bajada al mirador del Pozo de los Humos
Durante este corto trayecto de senda al mirador vemos cómo el paisaje de penillanura se va transformando, cediendo paso al paisaje propio del arribe. Unos minutos más y...
Aquí tenemos el espectacular entorno y salto del pozo de los Humos
La cascada desciende por un impresionante cortado granítico, efectuando una caída de 50 mts., salto sólo superado en dos metros por las cataratas del Niágara.
Zoom a la plataforma-mirador, a la que se accede desde el pueblo de Masueco
Subiendo unos metros desde nuestro mirador, encontramos un 'agrego con vistas' para comer.Cortinarius spilomeus, en el mirador (¿?)
A esta hora el sol ha cogido fuerza y hasta pasamos calor durante el almuerzo, en el que se atreve a acompañarnos un ejemplar solitario de Colias de Berger Colias alfacariensis.
Es constante el murmullo del río Uces al precipitarse sobre el pozo, levantando una buena nube de vapor de agua similar al humo, característica que da nombre a la cascada.
El mejor momento para visitar el Pozo de los Humos es en época de lluvia, entre diciembre y mayo, cuando el abundante caudal del río permite contemplar la caída del agua en todo su esplendor.
Vista del Pozo de los Humos, desde nuestro improvisado mirador para el almuerzo
La inaccesibilidad de los cortados del arribe es ideal para algunas de las especies amenazadas de nuestra avifauna como la cigüeña negra, el águila perdicera, el alimoche o el buitre.
'Ojolince' en la senda que permite rodear el cerro del Cueto
A eso de las dos y media abandonamos el improvisado mirador, tomando una senda que sale a la izquierda de la pista principal, poco después del aparcamiento.
El cortado de 'las Arribes' siempre a nuestra izquierda
Se trata de un atajo que nos lleva a unirnos con el camino de la Cotorra por el que pensamos volver a Pereña de la Ribera rodeando el cerro del Cueto.
Estos caminos por los que transitamos llevan a fincas de explotación ganadera y agraria, siempre bien aprovisionadas de fuentes y abrevaderos.
Paraje por donde atravesamos el arroyo de los Cuernos
Casi rodeado por completo el cerro del Cueto, nuestro camino gira de forma evidente, tomando dirección a Pereña de la Ribera.
Pero antes, hemos de atravesar el arroyo de los Cuernos mediante el bonito puente de la Pericota.
'Ojolince' sobre el puente de la Pericota
Lycaena phlaeas - Manto bicolor
Poco a poco, vamos saliendo de la hondonada en que se encuentra este fresco y reverdecido valle.
No sin antes hacerle una foto a la bella Manto bicolor que, a diferencia de la Colias de Berger, se detiene ante la cámara de 'Ojolince' unos pocos instantes.
Alcanzamos a distinguir la espadaña acastillada de la iglesia de Pereña
Paisaje transformado por la mano del hombre, en Pereña de la Ribera
Retornamos al pueblo uniéndonos al camino de los Cuernos justo a la altura del abrevadero de esta mañana.El bosque 'encantado' nos recibe, ahora sin niebla
A eso de las cuatro y cuarto llegamos a Pereña de la Ribera.
Atravesamos el pueblo por el mismo trazado de la mañana y nos dirirgimos al bosque 'encantado' antes de que el sol baje demasiado.
Nos introducimos en el bosque donde la luz es mucho más tenue
El bosque ha cambiado. Sin la densa niebla aunque con escasa luz, apreciamos sus tonalidades...
... y la senda que le atraviesa se nos hace, mucho más corta que esta mañana.
Atardece en 'las Arribes'
Vista desde la carretera de vuelta a Villarino de los Aires
Eso sí, llegamos de vuelta a Villarino bien atardecido.
PLANO Y PERFIL DEL RECORRIDO
El itinerario seguido está dibujado en linea verde
DISTANCIA TOTAL -> 20,5 Kms. TIPO DE TRAZADO -> Parcialmente circular
ASCENSIÓN ACUMULADA -> 633 mts. TIEMPO TOTAL -> 7 h. 30'
DIFICULTAD -> Baja DESCARGA DEL TRACK
GRÁFICA DEL RECORRIDOOjolince y Sra.
**SED CONSCIENTES DE VUESTRAS LIMITACIONES PORQUE LA MONTAÑA PONE A CADA UNO EN SU SITIO**