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Otoño espectacular por el alto Sil

Domingo, 18 de Noviembre de 2012
     Dani, Pedro y 'ojolince' junto a uno de los afrutados serbales de la ruta
Salimos de Laguna de Duero muy de madrugada, para llegar a tiempo a la cita con un par de amigos nuestros y de la naturaleza, que nos esperan en las leonesas tierras del alto Sil, donde transcurren sus vidas.

Hemos quedado a las ocho de la mañana en la estación de Páramo del Sil donde Dani (nuestro anfitrión) nos llevará al encuentro de Pedro para emprender juntos la pequeña aventura por estas tierras, desconocidas para ojolince y sra.
Braña de Susañe situada a unos 1.200 mts. de altitud, lugar de inicio de nuestra ruta (foto tomada al regreso) 
No serán más de las ocho y media cuando alcanzamos el entorno de Braña de Susañe, pueblecillo de escasos vecinos al que se accede por una carretera privada de una explotación minera que permite el paso y va paralela al arroyo de Valdeprado o Ceroncillo.
El día ha amanecido tranquilo aunque, es ésta tierra de nieblas y es seguro que nos la vamos a encontrar.
Comenzamos a caminar en dirección oeste, dejando a nuestra espalda la Braña y sumergidos en un ambiente de humedad y frescor que invita al paseo.
La pradería que atraviesa nuestro sendero está completamente encharcada, y el agua corre libremente en numerosos tramos de nuestra senda de ascensión, junto a la Vega de San Antón
   Ascendemos dejando a nuestra izquierda la Vega de San Antón 
Avanzamos paralelos a la reguera o  arroyo de Busmor que baja de la fuente de Buquín o Boquín y crea algunos saltos de agua que no podemos pasar por alto.
      Cascada de Aguas Blancas
Nos detenemos a contemplar la nutrida cascada de Aguas Blancas que se presenta a la izquierda de nuestra senda de ascensión a la Braña de Busmor.

El serpenteante trazado nos permite disfrutar de la observación de la comunidad arbórea y arbustiva de este espacio natural.

Una mezcla de roble albar (predominante en laderas norte) y rebollo, acompañados de serbales (aquí conocidos como 'capudres'), mostajos y acebos; además del desarrollo del abedular en laderas pendientes y a cierta altitud.

Esta comunidad de bosque caducifolio primigenio ha visto reducida su extensión con el paso de los años, siendo sustituída por el dominio de los brezales y escobares.

Al cabo de unos minutos, nos asomamos a la Vega de Busmor para contemplar atónitos una preciosa combinación otoñal...
Peña Boquín desde la pradería de Busmor; a su izquierda, el collado por el que pretendemos cambiar de valle
En vega de Busmor nos detenemos un rato, pues se encuentra tomada por bandos importantes de zorzal real Turdus pilaris. También hemos venido localizando y/o escuchando arrendajo Garrulus glandarius, escribano montesino Emberiza cia y creemos que, un ejemplar de camachuelo Pyrrhula pyrrhula.
Los observadores con sus bártulos, ascendiendo a la vega de arriba   
Pedro, localiza un ejemplar de pinzón real Fringilla montifringilla al que decide hacer 'un especial' mediante digicoping; en este enlace podéis encontrar la GALERÍA DE PEDRO EN FOTODIGISCOPING.

Retomando el sendero ascendemos a la Vega de Arriba. Esta pradería, a mayor altura, está recorrida por numerosos regatos de atropelladas aguas que la anegan de manera que, avanzamos hundiendo nuestras ya empapadas botas en su mullido herbazal.
Aún se conservan en ella parte de antiguas construcciones de piedra para encerrar el ganado, denominadas 'corros'.
Antiguos 'corros' de piedra para encerrar el ganado. Al fondo, entre la niebla, Fana de Coronxo

Para estas construcciones se empleaba la piedra de las gleras o pedreras que tan abundantemente pueblan las abruptas y escarpadas laderas de estos valles y que ahora nos toca atravesar.
Dani, Pedro y 'ojolince' atravesando el brezal hacia las pedreras, eSrá va detrás tirando fotos

Con tanta humedad ambiental debida a la persistencia de los bancos de niebla, la ascensión por la pedrera se torna bastante peligrosa por lo que, decidimos realizar un trazado alternativo de acceso al collado de Busmor.

Evitamos así, en la medida de lo posible, 'pisar piedra' aunque más de un resbalón si nos estamos llevando.

Una mirada atrás durante nuestra ascensión, nos devuelve esta imagen multicolor de los 'corros' de la Vega de Arriba de Busmor.
Y del valle completo recorrido desde Braña de Susañe...
A esta altitud, (andaremos ya cerca de los 1.800 mts.) las masas arbustivas de brezo y escoba van siendo sustituídas por el matorral bajo y denso que caracteriza el piso subalpino: enebro rastrero y arándano en su mayor parte.
Laguna de Bermecha iluminada por los rayos solares que consiguen atravesar la niebla  

No tardamos en alcanzar la laguna de Bermecha, ubicada en una pequeña hoya de origen glaciar.

La comunidad vegetal que nos encontramos entorno a ella va alternando las zonas de matorral bajo con pastizal, cervunal y turbera lo que nos devuelve unas bonitas tonalidades, cuando el sol consigue iluminar el lugar.

Dani, 'ojolince' y Pedro enfilando la subida al collado de Busmor
Visualmente, buscamos la mejor forma de acceder al collado de Busmor.

Caminando por encima del almohadillado manto de juníperus y Erica tetralix (brezo de turbera), con el oído siempre antento ya que la vista, con la persistente niebla, no nos facilita la suficiente información, llegamos la divisoria entre valles.

En dirección sureste se abre ante nosotros el prolongado valle del Arroyo de la Braña del Monte.
Y ahí abajo, en otra hoya de singular belleza, el gran azul turquesa del pozo Cheiroso, nos deslumbra cuando se muestra iluminado por los rayos de sol.
      Pozo Cheiroso en las faldas del pico Miro (1.990 mts.) formando parte del antiguo circo glaciar 
Nos detenemos de nuevo para disfrutar de aquello que más nos gusta: la observación.
Ejemplar de mirlo capiblanco en uno de los resaltes rocosos      
   Escribanos montesinos, acentores alpinos, un bando de perdices patirrojas, la pareja de cuervos que nunca nos defrauda en las cumbres y la grata sorpresa del día: tres ejemplares de mirlo capiblanco que permanecieron el tiempo suficiente para hacer algunas tomas testimoniales de su presencia.
   Desde el collado, tomamos una pequeña senda que nos aproxima con relativa comodidad al pozo Cheiroso.
Y de éste, el marcado sendero de descenso por el valle del Arroyo de la Braña del Monte que nos devolverá a las inmediaciones del pueblo de Valdeprado, vecino de Braña de Susañe.

En lo que respecta a otras observaciones de fauna, no se están prodigando en exceso, si bien huellas, excrementos y otros rastros somos capaces de diferenciar.
      Grupeto de rebecos en una de las numerosas gleras de las laderas del valle
Lo más relevante es el grupo de rebecos que localizamos en el valle y que, en cuanto detecta nuestra presencia, pone 'pies en polvorosa' por una de las laderas empedradas hasta desaparecer como por arte de magia.

Seguimos el buen trazado por el hondo del valle y ahora, con un sol más claro, diferenciamos bien robles, acebos, abedules, serbales, mostajos y sauces aquí llamados salgueiras.
Si bien, la mirada a las crestas que cierran el valle conocidas como Fana de Resilgar, no nos defrauda en absoluto...
 Así como, la bonita estampa del valle recorrido cuando volvemos la vista atrás...
 Fana de Resilgar       
Está claro que no vamos a echar en 'saco roto' una segunda visita a estas privilegiadas tierras, refugio de especies amenazadas y de paisajes de excepcional belleza.
    eSrá y Dani 'trabajando duro'

Tampoco nos olvidamos de darle las gracias a Dani cuyo blog RUTINAS VARIAS os recomiendo visitar.

Y a Pedro, por su agradable compañía durante toda la ruta de hoy.

Por la tarde, Dani nos introdujo en las boscosas tierras Asturianas del Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, declarado Reserva de la Biosfera en 2003.
Tuvimos la oportunidad de disfrutar de puntos estratégicos para la observación y fotografía de paisaje, fauna y foresta que es, en definitiva, lo que más nos gusta compartir. Aquí podéis ver una muestra de la Galería de Fotos que nos hemos traído.

De cierre os dejamos una cedida por Dani, de los jabalís que observamos desde uno de los diferentes oteaderos.
Jabalí - Sus scrofa
Esperando que os haya gustado esta crónica, nos despedimos y os mandamos un saludo desde Pucela.
Ojolince y sra.