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Aves de invernada en Santoña

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Este invierno, 'Ojolince y Sra.' hemos podido disfrutar de un fin de semana 'de lujo' en el entorno de las Marismas de Santoña.
La Marisma de Bengoa nos recibe esta mañana, apacible y despejada
      Anas strepera - Ánade friso

Gracias a la hospitalidad de nuestro buen amigo Javier Aizcorbe EL OTEADERO DE JAVI y su familia, hace tiempo que 'Ojolince y Sra.' no hacemos pereza a la hora de dirigirnos a tierras cántabras con cualquier motivo.

Podiceps nigricollis - Zampullín cuellinegro

En esta ocasión, vamos a ver qué aves son las que han llegado a pasar el invierno a estas generosas aguas.

A primera hora nos dirigimos a la Marisma de Bengoa donde también se ha dado cita un grupo perteneciente al Club de Jóvenes Pajareros de Burgos.

Actitis hypoleucos - Andarríos chico

Junto a ellos compartimos buena parte de la jornada y, nos demostraron que la juventud no tiene que estar reñida con las ganas y ambición de conocimiento, al menos en lo que a naturaleza se refiere.

Grupo del Club de Jóvenes Pajareros de Burgos en faena de observación
Con la tranquilidad reinante y la luz favorecedora se distinguen, de maravilla, plumajes y colores.
Egretta garzetta - Garceta común      
Así da gusto localizar, observar y 'afotar' e incluso grabar algunas escenas.
Chroicocephalus ridibundus - Gaviota reidora      
Alca torda - Alca común      

Poco a poco, vamos localizando ejemplares para todos los gustos..

Anátidas, garzas, cormoranes, zampullines, somormujos, gaviotas y limícolas dan mucho juego en la marisma.

Gavia immer - Colimbo grande


Pero... ¡qué duda cabe! que los verdaderos protagonistas estos días son esos individuos que vienen a refugiarse de los temporales de mar abierto y que se convierten en una gran atracción para aficionados y observadores.



Alcas comunes y Colimbos grandes se dejan ver, invierno tras invierno, en Santoña.
Common loon or Great northern diver - Colimbo grande
Una de las observaciones más interesantes, por lo poco común, es este Somormujo cuellirrojo que lleva varias semanas por la zona.
Podiceps grisegena - Somormujo cuellirrojo      
Aún vistiendo sus apagados plumajes invernales, todas estas aves resultan muy atractivas a nuestros ojos de observadores de tierra adentro.
La afición por las aves es notable en el puerto de Santoña  

Avanzada la mañana, nos dirigimos al puerto de Santoña donde nos encontramos con otros amigos de afición.

Un día como el de hoy... está claro que ¡no puede desaprovecharse!

Larus michahellis - Gaviota patiamarilla

Y, de este modo...

Con tantos ojos escudriñando el ambiente gaviotil...

Se escucha una voz que avisa de la presencia de un Gavión hiperbóreo en el puerto pesquero.


Larus hyperboreus - Gavión hiperbóreo
Glaucous GullGavión hiperbóreo      
Una gran expectación se produce en torno a él, que pasa a convertirse en la atracción de la jornada.
Rodilla en tierra para afianzar pulso y ganar 'foco' en vuelo  


El Gavión hiperbóreo no está para nada, pendiente de sus observadores.

Por el contrario, si que controla lo que otras gaviotas cercanas a su posición consiguen sacar del agua e intenta robarles algún bocado.


        ¡¡Gavión hiperbóreo al pillaje!!
Su plumaje y su pico bicolor, con los dos tercios basales rosados y la punta negra, determinan claramente su primer año de vida.
Gavión hiperbóreo de primer año      
Pocas son las citas que hay en España de esta especie, en las que predominan los individuos de primer y segundo invierno.
      Larus fuscus - Gaviota sombría (juvenil)


Un año más hemos disfrutado 'de lo lindo' en Santoña que es, sin lugar a duda, una localización ejemplar para la invernada en la costa cantábrica.


Marthasterias glacialis - Estrella de Mar común

'Ojolince y Sra.' deseamos y esperamos volver, como la aves invierno tras invierno, para seguir aprendiendo y maravillándonos de la vida que alberga este reducto natural.

Hasta siempre, Santoña.
Hasta pronto, amigos.

'Ojolince y Sra.'

Invernal al pico Lezna desde Lores (Montaña Palentina)

Domingo, 17 de Enero de 2016
Como el año no se está prodigando en nieve, hoy va a ser el primer día que 'Ojolince y Sra.' disfrutemos de los paisajes invernales de la Montaña Palentina.
Luis inmortaliza a 'Ojolince y Sra.' con el Curavacas entre nuestras cabezas 
A instancia del buen amigo Luis Naturaleza de la Valdavia, nos acercamos hasta el pequeño pueblo de Lores en la comarca de la Pernía, al norte de la provincia de Palencia.
¡¡El enclave de Lores a 1.205 mts. de altitud, no puede ser más bonito!! 
Comenzamos a caminar temprano, a eso de las nueve, pues la ruta es larga y más aún con la nieve nueva, con la que hemos de lidiar.
Luis y 'eSrá' escudriñando vida en la superficie nevada  

Salimos del pueblo atravesando la Casa del Arco que nos permite tomar el camino hacia el Molino y las Tenadas de Lores.

En dirección oeste vamos a ir remontando el valle del arroyo Gerino, llevando éste siempre a nuestra izquierda.

Peña Carazo (izda.) y Horca de Lores (Carazuelo y el Castro) asoman al fondo
Seguimos las marcadas roderas de algún vehículo que nos ha precedido esta mañana.
Plecóptero junto al curso de agua (Mosca de las piedras)
Más interesante nos resulta el reconocimiento de numerosas huellas de liebre, corzo, ciervo, jabalí además de aves y rodedores varios, que han dejado bien marcada su seña de identidad.

Vamos en compañía de un perro sabueso que sigue nuestros pasos un buen rato, hasta que su olfato le hace localizar un rastro más interesante y nos abandona monte arriba.

Las Tenadas de Lores en el camino del collado Gerino    

Distinguimos el pequeño Molino en el curso del arroyo, hasta donde baja el arbolado del tupido monte de Lores.

Poco después, llegamos a las Tenadas que dejamos a nuestra derecha, comenzando a afrontar los repechos que nos permitan alcanzar el collado Gerino.

Luis y 'eSrá' ganando metros al serpenteante camino
Huellas de liebre de buen tamaño    
Aunque a primera hora viésemos los -4º C, el día no es demasiado frío.

La carencia de viento y el empinado sendero hacen que nos despojemos de una capa de ropa enseguida, volviendo la mirada para contemplar el valle recorrido.

Valle del arroyo Gerino y bosques de Lores. Al fondo, la sierra de PeñaLabra parcialmente cubierta por las nubes
  Dedos de hielo junto al arroyo
Aún es temprano, pero parece difícil que el sol cobre la fuerza suficiente para abrirse paso entre la densa nubosidad e iluminarnos el paseo.

Un esfuerzo más y el repecho acaba con esta magnífica vista.

'eSrá' llega al Collado Gerino también conocido como La Cruz de Tañuga, a 1.642 mts.
De izquierda a derecha ¡Curavacas, Lezna y Pumar nos dan la bienvenida!
No podemos por menos que hacerle unas instantáneas a las espectaculares cumbres que nos reciben.
Zoom al pico Curavacas desde collado Gerino
Zoom al pico Lezna desde collado Gerino
De nuevo en marcha, nos adentramos en el amplio valle del Arauz por donde progresamos con comodidad y en suave descenso.
Luis y 'eSrá' en el valle del Arauz, con el Lezna delante
Dejamos a nuestra derecha, sobre la falda de peña Cadañal, a la majada de Tañuga.
El Arauz viene bien crecido y no nos resulta fácil atravesarle

Y nos encontramos con el caudaloso arroyo Arauz que nos obliga a seguirle curso arriba, buscando la mejor manera de vadearle.

Hecho lo cual no continuamos por su valle sino que, en dirección oeste, seguimos ahora el curso del arroyo Pumar.


Luis y 'Ojolince' delante del cauce del arroyo Pumar que nos separa del refugio privado
Unos metros más arriba, junto al refugio privado que domina la confluencia de valles, nos detenemos un rato a descansar e hidratarnos.
Atravesamos el arroyo Lezna para continuar la marcha

El arroyo Lezna, se une aquí al arroyo Pumar. Ambos ceden sus aguas al Arauz que tanto nos ha costado atravesar, hace unos minutos.

Son cerca de las doce y media y todavía tenemos que remontar el largo valle del arroyo Lezna en nuestra aproximación al pico.

El sol comienza a hacerse sentir en estas laderas de la Mesa del Picorrillo

Dejamos a nuestra izquierda el arroyo Lezna para avanzar por lo que parece una pista con buena cantidad de nieve.

Ganándole metros a la Mesa del Picorrillo, nos separamos de la pista, lo que nos obliga a pelearnos durante un buen rato con altas escobas.

'eSrá' en el mar de escobas; al fondo el pico Bistruey


Decidimos que ya es hora de calzarnos las raquetas que hasta ahora hemos venido porteando.

Hay una buena cantidad de nieve en estas laderas y, a esta hora, el sol ha conseguido ablandarla.

Luis y 'eSrá' en un claro de escobas, con vista a Horca de Lores
                                                                         'eSrá' a la salida del mar de escobas

A eso de los 1.800 mts. salimos de las altas escobas y caminamos con mayor comodidad sobre una nieve ya endurecida.

Tenemos enfrente al Pico Lezna, del que nos separa el valle del arroyo que lleva su nombre, al tener en la ladera de éste, su nacimiento.

'Ojolince', el canalón del Picorrillo y el pico Lezna
Es en este momento cuando nos planteamos la mejor manera para ascender.
     El pico Lezna y la vaguada del arroyo Lezna
O bien seguimos ganando altura por el canalón del Picorrillo hasta llegar a la cuerda, que nos permita la ascensión por la arista norte del Lezna (derecha en la foto).

O bien la afrontamos todo recto, atravesando la vaguada y ascendiendo por su ladera este.

Atravesado el arroyo helado,
'eSrá' emprende la ascensión por la ladera este del Lezna    
Elegimos esta última opción por proximidad, aun cuando Luis decide no acompañarnos por no agravar ciertas molestias que se le han manifestado durante el último tramo de subida.

Así pues, 'Ojolince y Sra.' descendemos unos metros hacia la vaguada y, sin perder demasiada altura, atravesamos el caudal helado del arroyo Lezna para emprender la ascensión de la pala este.
¡Magníficas vistas las que obtenemos, desde la ladera este a mitad de la ascensión!
    'Ojolince' se aproxima a la arista sureste del pico Lezna
No está resultado dificultosa esta ascensión aunque, a medida que sumamos metros en altura, se incrementa el viento que nos aproxima nubes muy oscuras y cargadas de humedad.

Ganada la cuerda, la visión de la gran mole del Curavacas es impactante y sobrecogedora.

'eSrá' y la espectacular vista de la cumbre principal del Curavacas
Hemos llegado a los 2.084 mts. y aún nos resta un buen tramo hasta alcanzar la cumbre del pico Lezna con sus 2.208 mts.
¡Cumbre del pico Lezna, 124 mts. más alta!    
El tiempo meteorológico y el horario (son casi las tres de la tarde), así como pensar que Luis debe estar esperando nuestro regreso en las Llanas de Lezna, nos hace desistir de coronar.

Ponemos ahora los cinco sentidos en el descenso a las Llanas.

'Ojolince' pone la nota de color en la penumbra que nos han sumido las nubes
No sin antes disfrutar de la visión tan magnífica que tenemos a nuestra derecha.
Imponente vista de la cuerda que forman las Huelgas, el Hospital y el Curavacas
    'Ojolince' se aproxima a las Llanas de Lezna a 1.951 mts.

El importante manto de nieve nueva que cubre la ladera sureste por donde vamos descendiendo hace que nos hundamos sin previo aviso y en otras ocasiones, nos deslicemos sobre el hielo que hay bajo la nieve.


Luis y el pico Lezna      
Llegando a la planicie conocida como las Llanas de Lezna, buscamos a Luis que ha subido hasta aquí atravesando la vaguada del arroyo Lezna.

Únicamente un cuervo y una chova se dejan ver en altura, retando a Eolo.

Decidimos bajar al valle al agrego del viento y detenernos a comer.

      ¡Inconmesurable el valle de Lezna!
  Rocas y vegetación nos ponen a prueba en este descenso

El collado que forman el Mojón del Picorrillo (a nuestra derecha) y la Peña Larga (izda.) nos abre el paso a un canalón por el que discurre el arroyo de Cortés.

Entre sus rocas y arbustos debemos desenvolvernos para seguir el curso de éste hasta el valle.

Llevamos a nuestra izquierda los farallones rocosos de Peña Larga
Luis y 'eSrá' dando buena cuenta de las viandas  
Casi llegando al valle, al agrego de esta roca-vegetal tapizada por musgos, líquenes, saxífragas y laureolas, nos sentamos y sacamos nuestras viandas.

Comemos amenizados con el rumor de las saltarinas aguas del arroyo de Cortés, que discurre a nuestro lado.

Atrás dejamos el hoyo de los Carlistas (según algunas fuentes) por donde hemos descendido de las Llanas de Lezna
Liberados de las raquetas emprendemos el camino de regreso, siguiendo el curso del arroyo de Cortés que nos conduce a los pastizales de Camperón.
Luis y 'Ojolince' en los pastizales de Camperón, con vista a la Horca de Lores
    ¡De piedra en piedra!... sobre el Arauz

Irremisiblemente vamos a encontrarnos con el acaudalado arroyo Arauz.

Y otra vez hemos de componérnoslas para atravesarle y conectar con el camino al collado Gerino.


Desde collado Gerino, echamos una última mirada a nuestras protagonistas de hoy, algo ensombrecidas
Al menos nos queda una hora y media desde el collado Gerino hasta el pueblo y ya son las cinco y media.
Valle del arroyo Gerino de regreso a Lores    
La temperatura va descendiendo según decrece la luz y volvemos a vestir como diésemos comienzo el camino esta mañana.
Caminamos tranquilos escuchando únicamente el rumor de las aguas del arroyo Gerino.
Este elocuente silencio nos anticipa que va a comenzar a nevar.
La nevada nos sorprende caminando junto al arroyo Gerino
Sin más luz que la de los frontales y bajo una tenue y bonita nevada, llegamos a Lores a eso de las siete de la tarde.
Son las siete, cuando llegamos a la plazuela junto al arroyo

Os emplazamos a visitar el blog de Luis NATURALEZA DE LA VALDAVIA, donde resume a la perfección, las dos visitas realizadas a estas montañas con diferencia de quince días.

No disponemos de track de ruta. Como se aprecia en el mapa, dejó de grabar dos horas antes de finalizar el recorrido.

PLANO Y PERFIL DEL RECORRIDO
El recorrido seguido está dibujado en linea azul      
DISTANCIA TOTAL -> 20 Kms.        ASCENSIÓN ACUMULADA -> 1.022 mts.
TIPO DE TRAZADO -> Parcialmente circular        TIEMPO TOTAL -> 10 h.
DIFICULTAD -> Media-Alta (por la longitud con nieve)
Hasta la próxima.
Ojolince y Sra.

**SED CONSCIENTES DE VUESTRAS LIMITACIONES PORQUE LA MONTAÑA PONE A CADA UNO EN SU SITIO**